Maduro utiliza el feminismo para esconder su descuido y sexismo

Nicole Fuches

El domingo, 8 de marzo, Nicolás Maduro, uno de los dos presidentes venezolanos que está en una lucha de poder, apareció en un discurso televisado para promover su nuevo plan para la atención médica de las mujeres. Sin embargo, no les dijo a las venezolanas lo que hará para ellas; en vez, les dijo a ellas lo que deben hacer para él.

En este discurso, él las instó tener seis hijos y,  “parir, parir,” según ABC News. Él exigió que, “Todas las mujeres [tengan] seis hijos para que crezca la patria,” esperando que Dios les bendeciría si lo hacen. 

La sugerencia de Maduro no solo es poco realista —dado que las crisis nefastas de la economía y la salud que el país se enfrenta— sino que una metida de pata que usa el feminismo para esconder sus defectos y les disminuye a venezolanas y su potencial injustamente. 

Lo que entorpece el éxito de este plan más es la crisis económica de Venezuela. La tasa de inflación en Venezuela casi alcanzó 10,000 por ciento en 2019, según The Guardian. Esta crisis ha llevado a la escasez de víveres de comida y medicina. A causa de esto, el 13 por ciento de los jóvenes están desnutridos, según BBC News.

También, muchos hospitales venezolanos no están funcionando, madres son desnutridas y productos para cuidar bebés son demasiado caros, según Manuela Bolívar, un miembro del partido político opuesto, Voluntad Popular. 

Estas condiciones drásticas muestran que aumentar la población debe ser la última de las prioridades en Venezuela. Si el país no es capaz de satisfacer las necesidades de sus ciudadanos corrientes, Maduro no debería foment una tasa de natalidad más alta. 

No solo son escasos los recursos para Venezolanos, sino que la mortalidad y las tasas de emigración están aumentando rápidamente. Además, porque 9.3 millones de venezolanos  —un tercer de la población en Venezuela— no pueden satisfacer los requisitos mínimos de alimentación, la cantidad de bebés abandonados en las calles ha aumentado por 70 por ciento, según BBC News. The Guardian ha reportado también que esto ha causado un aumento en la mortalidad de bebés por 30 por ciento en 2017. 

Estos hechos alarmantes muestran que Venezuela no puede proveer bastante comida para sus ciudadanos. A menos que el país pueda satisfacer los requisitos alimenticios para los millones de malnutridos, no tiene sentido pedir a las mujeres que tengan seis hijos. Solo llevaría a más jóvenes abandonados, continuando el estrés de mujeres que ya son subalimentadas y llevando a muchos más bebés abandonados en las calles. 

Esto no es lo que arreglaría estas crisis, es solo una manera de distraer de algo más grande—no hay un plan de atención médica. Un experto en salud en Venezuela dijo a The Guardian que porque no hay detalles del plan que fueron mencionados, excepto la necesidad de aumentar el índice de natalidad, es probable que el plan no existe. 

Esto refleja la ignorancia hacia las crisis corrientes que se enfrentan venezolanos, y también actúa como una estratagema ideada inmoralmente que intenta disminuir el puesto de las mujeres en sociedad, escondido detrás del feminismo asquerosamente. 

El “plan” de Maduro les deniega a mujeres sus derechos y limita sus carreras por reafirmar que sus primer propósito es tener hijos, llevándolas detrás por décadas. Maduro creó un oxímoron injusto por esconder detrás del Día Internacional de la Mujer, el día que él propuso esta idea, diciendo que en honor de “la semana de mujeres,” el quiere que las mujeres tengan más hijos, según BBC News. 

Así, Maduro está faltando el respeto a venezolanas por exigiendo que tengan más hijos mientras usando su día festivo como evidencia falsa para explicar porqué deben estar de acuerdo. Sin embargo, si le importa actualmente la necesidad rescatar a Venezuela de sus problemas, Maduro tiene que enfocarse en crear más oportunidades de empleo para mujeres. 

A menos que aumentar la población, creando carreras llevaría a triunfo económico en Venezuela. Si países cerraran su brecha de género en la población activa, podrían aumentar su PIB por seis billones de dólares.

Por eso, sería bien si las trayectorias profesionales para mujeres por que es como las financieras ganancias se dispararán. Si mujeres en vez son confinadas a tener que cuidar seis jovenes, no pueden ganar una carrera para ayudar la economía de su país. Si continúan estas circunstancias, Venezuela tendrá que enfrentarse a condiciones aún peores. 

ENGLISH VERSION

On Sunday, March 8, Nicolas Maduro, one of the two Venezuelan presidents locked in a power struggle, appeared in a televised speech to promote a new plan for women’s healthcare. However, he didn’t tell Venezuelan women what he was going to do for them; instead, he told them what they should do for him. 

In this speech, he urged women to have six children, according to ABC News, saying,  “give birth, give birth.” He called for “All the women to have six children so the motherland grows,” hoping that God would bless them in doing so. 

Maduro’s suggestion is not only unrealistic—given the dire economic and health crises the country faces—but a political faux pas that uses feminism to hide its flaws and unfairly diminishes Venezuelan women’s potential. 

What hinders the attainability of this plan most is Venezuela’s economic crisis. According to The Guardian, the inflation rates in Venezuela nearly reached 10,000 percent in 2019. According to ABC News, such an economic crisis has led to limited supplies in food and medicine. This has left 13 percent of Venezuelan children malnourished, according to BBC. 

Furthermore, many Venezuelan hospitals are not in operation, mothers are malnourished and many baby care products are unaffordable, according to Manuela Bolivar, a member of an opposing political party, Popular Will.

Such drastic conditions show that increasing the population should be the last of Venezuela’s priorities. If the country is incapable of meeting the needs of its current citizens, Maduro should not be encouraging a higher birth rate.

Not only are resources scarce for Venezuelans, but the mortality and emigration rates are quickly rising. Additionally, since 9.3 million Venezuelans—a third of the country’s population—struggle to meet the minimum nutrition requirements, the number of babies abandoned in the streets has increased by 70 percent in 2018, according to BBC News. The Guardian has also reported that a lack of nutrition led to a 30 percent increase in infant mortality in 2017. 

These alarming facts show that Venezuela cannot provide enough food for its citizens. Unless the country can meet the nutritional requirements for its millions of malnourished citizens, there is no point in asking women to have six children each. This would only lead to more abandoned children, further strain on mothers who are already underfed and many more abandoned babies in the streets. 

This isn’t what would fix these crises, it’s only a way of distracting from something bigger—there isn’t a healthcare plan. A Venezuelan health expert told The Guardian that because no details of the healthcare plan were mentioned, other than the need to increase the birth rate, it is likely the plan does not exist. 

This reflects ignorance toward the current economic and health crises that Venezuelans are facing, and is also an unethically devised scheme that seeks to diminish women’s place in society, disgustingly hidden behind feminism. 

Maduro’s “plan” denies women their rights and limits their careers by reasserting that their primary function is to have babies, pushing women’s progress back decades. Maduro imposed an unfair oxymoron by hiding behind International Women’s Day, the day he proposed his idea, saying that in honor of “women’s week,” he wants women to have more children, according to BBC News.

So, Maduro is disrespecting Venezuelan women by simultaneously demanding they have more children while using their holiday as false evidence for why they should agree. However, if Maduro actually cares about saving Venezuela from its current problems, he should be focusing on creating more employment opportunities for women. 

Unlike increasing the population size, creating career opportunities would lead to economic triumph in Venezuela. According to UN Women, if countries closed the gender gap in the workforce, they could increase their Gross Domestic Product (GDP) by $6 trillion. 

Therefore, Maduro should be focusing on building career paths for women, for that is how Venezuela can recover financially. If women are instead confined to taking care of six young children, they cannot focus on a career that would help their country’s economy. If this continues, Venezuela will be left to face even worse circumstances.