Cada principio de noviembre durante el Día de los Muertos, las familias de México y América Latina llenan sus hogares con flores de cempasúchil, velas y fotografías para honrar a sus seres queridos que han fallecido. Los estudiantes del programa de Desarrollo del Lenguaje Inglés (ELD) y los maestros incorporan esas mismas tradiciones en sus propias celebraciones.
Para Omar Gutiérrez, un estudiante de tercer año cuyos padres son de México, el Día de los Muertos es más que una festividad; es una forma de mantener viva la historia familiar.

“Mi tradición favorita es el día en que celebramos y conmemoramos a los muertos, a nuestros antepasados que dejaron el mundo de los vivos y pasaron a otra vida,” dijo Gutiérrez.
Cada año, Gutiérrez ayuda a su tía a construir una ofrenda para honrar a su abuelo.
“Ayudo a mi tía. Ella hace una ofrenda para mi abuelo y le pone pan y candelabros,” agregó Gutiérrez. “También pone fruta y hace un platillo típico que a él le gustaba cuando estaba vivo… y lo prepara y lo pone en la ofrenda, junto con su bebida favorita. Usualmente hacen un platillo tradicional… se llama mole,” dijo. “Lo preparan para compartir con la familia y celebrar.”
Para Gladis López, estudiante de primer año, el Día de los Muertos significa unión.
López celebra la festividad con su padrastro, quien creció en México y llevó la tradición a su hogar.
“Tenemos un lugar donde ponemos fotos de nuestra familia… también ponemos lo que les gustaba comer, como pan dulce o tamales; depende de la persona,” dijo López.
Para ambos estudiantes, la celebración se trata de recordar, no de lamentar.
“Solo hablamos de las cosas divertidas que recordamos de ellos,” dijo López. “Es solo para hablar de ellos y recordarlos.”
Mientras estudiantes como Gutiérrez y López continúan las tradiciones de sus familias en México, la profesora de ELD y de Español Avanzado (AP) Deborah McCreah también honra la festividad. Su esposo, originario de México, le enseñó las costumbres del Día de los Muertos mientras vivían en el vecindario del Canal, en San Rafael, durante diez años.
“Mi esposo es de México, entonces él y yo vivimos en Canal por diez años y colaboramos con una fiesta muy grande en Canal el Día de los Muertos, y siempre vamos… ver los altares, los bailes, el arte y los niños,” dijo.
En casa, McCreah honra a sus seres queridos creando una ofrenda llena de los objetos que más apreciaban.
“El año pasado, desafortunadamente, murieron muchas personas cercanas a mí. Mi papá, uno de mis mejores amigos y un hombre a quien admiraba mucho,” dijo. “El año pasado en el Día de los Muertos, teníamos las fotos en mi casa y las cosas que les gustaban… Hay agua, flores, cempasúchil, velas y papel picado.”
A través de las perspectivas tanto de estudiantes como de maestros, el Día de los Muertos conecta generaciones, comunidades y culturas. Arraigada en tradiciones únicas de cada familia, la festividad ofrece una manera de honrar a los seres queridos y llevar su herencia cultural a donde sea que vayan.