Luis Barajas es un artista mural del sur de California que recientemente pintó un hermoso mural en San Anselmo, Marin. El mural cubre cuatro paredes, cada una con su propia conexión con el mundo y la comunidad local. La pared frontal muestra una niña plantando una flor en una colina. A su izquierda, hay basura que flotado en el océano y un oso polar sobre un iceberg que se derrite. A su derecha hay una tortuga nada en aguas contaminadas y sobre ella, hay un cielo naranja y ahumado. En conjunto estas partes del mural representan los principales problemas mundiales, y la imagen central infunde esperanza a las nuevas generaciones para restaurar la salud de nuestro mundo a través de la naturaleza.

Barajas está extremadamente centrado en el simbolismo de su trabajo, así como en su conexión con la naturaleza.
“El muro con la niña plantando el árbol representa la siembra de esperanza y crecimiento. A su alrededor se encuentran las cosas de las que intentamos alejarnos, como el cambio climático,” dijo Barajas.
Siempre le ha gustado el arte, especialmente en el colegio. Tras trabajar en la industria de la restauración durante muchos años, decide volver a la escuela para arte, donde ha completado un programa de cuatro años.
“Uno de mis profesores me sugirió que hiciera murales. Tuve que aprender a gestionar contratos, correos electrónicos, y todo lo anterior. Antes de graduarme conseguí mi primer trabajo profesional como muralista,” dijo Barajas.
Barajas explicó que su obra está profundamente conectada con su amor por la belleza del medioambiente. Vio la solicitud del mural en Café, un sitio web donde hay varias convocatorias para galerías, arte público, y subvenciones. La convocatoria hablaba sobre el cambio climático y los aspectos infantiles del mural que solicitaban.
“ Mis empleadores quieren árboles, quieren algo que tenga que ver con la naturaleza. Pensé, ese soy yo, porque soy un gran aficionado a los animales y la naturaleza,” dijo Barajas.
El proceso para conseguir la oportunidad de pintar este mural no fue fácil. Comenzó con aproximadamente sesenta y ocho solicitantes, y tras varias rondas de selección a lo largo de un mes, finalmente llegó al top cinco concursantes cuando le pidieron que presentara su idea. La pintura del mural le llevó diecisiete días, algunas de los cuales se vieron interrumpidos por el mal clima y lluvia lo que dificulto su trabajo.

“Las pendientes representaron un gran desafío, era extremadamente difícil mover la escalera y evitar caerse,” dijo Barajas.
“Creo que a la gente le ha encantado. Siguen diciendo que les encanta que sea apto para niños y que tenga un mensaje tan positivo para el futuro,” dijo Barajas.
Noto mucho apoyo a su trabajo por parte de la gente que pasaba mientras él trabajaba.
Le encanta escuchar cuánto le gusta su trabajo a la gente, porque antes de esto, estaba pasando por un periodo de rechazo, negación tras negación.
“Empezaba a pensar ‘quizás no soy bueno en esto’, o ‘quizás mi arte es pésimo’, pero al escuchar a la gente que amaba mi arte, no tienen idea de lo increíble que me hizo sentir,” dijo Barajas.
En general, Barajas está sumamente agradecido por la oportunidad de crear este mural para la comunidad de Marin y honrar la tierra donde se encuentra. Disfruta del proceso de creación y es sumamente apasionado sobre las ideas que expresa.
“Siento que pude traspasar nuevos límites al expresar mi estilo. En general, siento que pude ser yo mismo en él y realmente se nota,” dijo Barajas.