Arturo Danel explorará un camino diferente después de graduarse

VISITANDO UN CAMPAMENTO militar de entrenamiento inactivo durante su viaje anterior, Danel tomó el tiempo explorar algunos tanques militares. (Foto cortesía de Arturo Danel)

Nicole Fuches

A medida que se propaga el coronavirus, la idea de tomar un año libre se ha vuelto más atrayente para muchos graduados de escuela secundaria. Para Arturo Danel, un estudiante de último año, tomando un año libre ha sido algo que ha considerado por mucho tiempo. 

Danel se mudó a Marin de México D.F. en enero de 2019. Sin embargo, después de acostumbrarse a un país nuevo, está listo hacerlo otra vez. Como miembro de la fe judía, él y sus amigos de niñez han recibido la oportunidad de tomar un año libre, pero no es el tipo que los graduados consideran típicamente.  

 A partir del 3 de agosto, Danel pasará su año en Israel con una empresa mexicana, Maccabi Bekeff, que tiene tres fases diferentes: viviendo en un kibutz, entrenandose en un campamento militar de entrenamiento y pasando tiempo en Tel Aviv.

Aunque la empresa está basada en Mexico, ofrece esta experiencia multifacética a miembros de la fe judía de todo el mundo.

“Maccabi está abierto a los judíos de todas las afiliaciones y es una Unión Sionista general sin lealtad a ningún punto de vista del Partido político. Activo en las comunidades judías de todo el mundo: más de 450,000 judíos en 400 instituciones de 65 países en 5 continentes, Maccabi se organiza a través de organizaciones territoriales y regionales,” según el sitio web de la empresa. 

La primera fase, en un kibutz, dura por cuatro meses. Los kibutz pueden tener tan poco como 100 miembros o hasta 1,200, según Oxford Bibliographies. La fuente dice también que aunque el primer kibutz fue establecido hace 110 años, hoy hay muchos más.

“Hoy un total de 270 kibutz se encuentran con una población unos 140,000, menos que dos por ciento de la población total de Israel,” según Oxford Bibliographies.  

DISFRUTANDO DEL PAISAJE natural, Danel ya tuvo la oportunidad viajar a Israel.
(Foto cortesía de Arturo Danel)  

En hebreo, kibutz significa “reunión,” el cual caracteriza como Danel y sus amigos vivirán.

“Un kibutz es un lugar comunal como una ciudad pequeña, que es un poco comunista. Todos trabajan para todos. Por ejemplo, por cuatro horas de mi día trabajaré en lo que quiera. Hay una escuela donde quiero enseñar deportes, pero [también puedo] cocinar para la gente o limpiar,” Danel dijo.

En agradecimiento, los miembros de la comunidad le ayudarán a cocinar y limpiar también. Aunque muchos miembros de la fe judía hablan al menos un poco de hebreo, comunicación estará en español. Empero, este estilo comunal no se centra en trabajo enteramente porque Danel tiene un horario libre por el resto del día para pasar tiempo con sus amigos. 

Después de los cuatro meses, de enero a marzo, Danel y sus amigos vivirán en un campamento militar de entrenamiento. Sin embargo, no serán parte del militar israelí porque la base no está activa en ningún conflicto. Aprendices judíos internacionales tienen la opción entrenarse por dos meses, pero ciudadanos israelíes tienen que participar por dos años. 

Aunque la idea de campamento militar de entrenamiento parece intenso, Danel no está preocupado porque ya tiene experiencia. 

“Ya hice un campamento militar de entrenamiento una vez, pero duró por una semana. Cuando se termina [el noveno grado] en México, se viaja a Israel con el grado entero. Pasamos una semana a la base entrenando, pero era bastante fácil porque solo teníamos quince años,” Danel dijo.

A pesar de que solo duró por una semana, Danel tomó en serio el entrenamiento, acreditando su mentalidad. Sus esfuerzos valieron la pena y le motivaron regresar para entrenarse más. 

“Gané ‘Soldado de la Semana’ lo cual me motivó hacerlo esta vez también. Yo era disciplinado porque [el entrenamiento] no era algo que podía evitar, así pensaba debo hacer lo que tengo que hacer y disfrutarlo,” Danel dijo.

DANEL GANÓ EL premio “Soldado de la Semana” durante su tiempo previo en Israel, lo cual le motivó volver.
(Foto cortesía de Arturo Danel)

Después del entrenamiento, los aprendices reciben un apartamento en Tel Aviv por el resto de su año. Aunque el tiempo es para relajarse y explorar, los participantes tienen la opción de ganar una visa de trabajo. Danel planea encargarse y trabajar en una heladería para mantenerse ocupado. 

No obstante, a causa del coronavirus, sus planes han sido afectados un poco.  

“El año libre usualmente empieza con un viaje por un mes a través de Europa, y ya había reservado todo, pero ahora todo está cerrado,” Danel dijo. 

Así, él y sus amigos han decidido esperar hasta el verano siguiente para una experiencia más completa. La buena noticia es que la parte principal de su año libre, su tiempo en Israel, no será cancelado hasta ahora. 

Porque el programa empieza el 3 de agosto, los coordinadores piensan está demasiado lejos para hacer una decisión, según Danel. En cualquier caso del estatus del coronavirus, él todavía piensa que el programa continuará porque hay mucha gente contando con el viaje. Dicho esto, piensa es posible que él y sus amigos estarán puestos en cuarentena por las primeras dos semanas de kibutz para cumplir con precauciones. 

Después de su tiempo en Israel, Danel planea volver a California para asistir a una universidad, pero prefiere la idea de transferir de un colegio comunitario. Todavía no está seguro cual, pero Santa Barbara City College y Cuesta College en San Luis Obispo le interesan mucho. 

ENGLISH VERSION

As the coronavirus continues to affect millions of people, the idea of taking a gap year has become more appealing for many high school seniors. For senior Arturo Danel, however, taking a gap year has been on his mind for a long time.

 Danel moved to Marin County from Mexico City in January of 2019. However, after adjusting to a whole new country, he is ready to do it all over again. As a member of the Jewish faith, he and his childhood friends have been given the opportunity to take a gap year, but it is not the type that many seniors have considered. 

Starting on Aug. 3, Danel will spend his year in Israel taking part in a program through a Mexican company, Maccabi Bekeff, that has three different phases: living in a kibbutz, training at a military boot camp and spending time in Tel Aviv.

Though the company is based in Mexico, it offers this multifaceted experience to members of the Jewish faith from around the world.

“Maccabi is open to [members of the Jewish faith from] all affiliations and is a general Zionist Union with no allegiance to any political party viewpoint. Active in Jewish Communities worldwide — more than 450,000 [Jewish members] in 400 institutions of 65 countries in 5 Continents, Maccabi is organized through territorial and regional organizations,” according to the company website. 

The first phase, taking place in a kibbutz, lasts for four months. Kibbutzim, according to Oxford Bibliographies, can have as few as 100 members or as many as 1,200. The source also states that even though the first one was established 110 years ago, there are many more today.

“Today a total of 270 kibbutzim are found with a population of about 140,000, less than two percent of the total population of Israel,” according to Oxford Bibliographies.

In Hebrew, kibbutz means “gathering,” which characterizes how Danel and his friends will live.

“A kibbutz is a community place [similar to] a small city, which is kind of communist. Everybody works for everybody. For example, for four hours of my day I’ll work on whatever I want. There’s a school where I want to teach sports, [but I can also] cook for people or clean,” Danel said.

In return for Danel’s service, community members will help him with cooking and cleaning as well. Though many members of the Jewish faith are familiar with or fluent in Hebrew, communication will be in Spanish. Nevertheless, this communal style of living is not filled entirely with work, as Danel is free for the rest of his day to hang out with his friends.

After the first four months, Danel and his friends will live at a boot camp for military training from January to March. However, they will not be part of the Israeli military, for the base is not active in any conflict. These two months can turn into two years of military training, which is mandated for Israeli citizens, but optional for international Jewish trainees. 

Though the idea of boot camp training may seem intense, Danel is not fazed by it, for he already has experience.

“I already did a boot camp once, but it was one week long. When you finish [ninth grade] in Mexico, you go on a month-long trip to Israel with your whole grade. We spent a week at the base training, but it was pretty easy because [we were] only fifteen,” Danel said. 

Even though it only lasted for a week, Danel took the training very seriously, crediting his mentality. His efforts paid off and motivated him to come back for more training.

“I won ‘Soldier of the Week,’ which encouraged me to do [the boot camp] this time, too. I was disciplined because [the training wasn’t] something I could avoid, so I thought I should do what I have to do and enjoy it,” Danel said.

After the boot camp, the trainees are given an apartment in Tel Aviv for the rest of their gap year. Though this time is dedicated to relaxing and exploring, participants are given the option to get a work visa. Danel plans to take this on and work in an ice cream shop to keep himself busy. However, due to the coronavirus, his plans have been slightly affected. 

“The gap year usually starts with a one-month trip across Europe, and I had already booked everything, but now everything is closed,” Danel said. 

As a result, he and his friends have decided to wait until next summer to travel through Europe for a fuller experience. The good news is that the main portion of the gap year, his time in Israel, has not been canceled. According to Danel, because the program starts on Aug. 3, the coordinators say it is too far away to make a final decision. Regardless of the status of the coronavirus, he still thinks the program will continue because there are so many people counting on it from all over the world. That said, he thinks it is possible that he and his friends will be quarantined for the first two weeks of kibbutz to comply with precautionary measures.

After his time in Israel, Danel plans to return to California to attend college, but he prefers the idea of transferring from a community college. Although it is too far away to know for sure, Danel is interested in attending either Santa Barbara City College or Cuesta College in San Luis Obispo.