El estudio de tango en San Anselmo que da el ritmo a todos

Nicole Fuches, Spanish Editor

Escondido en un barrio pacífico de San Anselmo en las afueras del céntrico de San Anselmo, un transeúnte puede encontrar una estructura que difiere de las casas y los condominios típicos: un estudio del tango que se llama Alma del Tango. Aunque sus edificios cercanos sean callados, este estalla con una energía rítmica a la vista de bailarines de todos los niveles explorando esta forma del arte. 

Aunque el tango aparezca intimidante a algunos nuevos bailarines, el ambiente entusiasta, acogedor provee casi todos con una fundación fuerte del tango y les enseña a ellos como relajarse. 

Alma del Tango, establecido en 1996 por la pareja casada Debbie Goodwin y John Campbell, se esfuerza para diseminar el arte del tango argentino por el condado de Marin, y espera dar la oportunidad para aprender a la gente que de lo contrario sería desconocida en el mundo del baile. En 2000, la pareja convirtió el estudio en una organización sin fines de lucro, y ha proveído clases de tango para una miríada de niveles, prácticas semanales, y milongas mensuales a los estudiantes de edades variadas.

Frecuentemente un participante en su propia clase, Saucedo les demuestra a los estudiantes una postura apropiada del tango.

La mayoría de sus estudiantes empiezan tomando clases del nivel uno, que suceden cada noche de los miércoles desde las siete hasta las ocho. Estas clases suceden en sesiones mensuales, y a menudo son enseñados por Goodwin y Campbell. Sin embargo, durante algunas sesiones del verano, maestros invitados del extranjero visitan para ayudar también. Durante este agosto reciente, Eduardo Saucedo, un bailarín del tango profesional, les enseñó clases de técnica, iniciales, y avanzadas a los estudiantes de Alma del Tango, y no vaciló para compartir su pasión para el arte durante la clase. 

Esta pasión genuina que fluyó de su entusiasmo a la experiencia de los bailarines. A pesar de ser principiante, se volvió más fácil para mí echar mi rigidez inicial, y divertirme más que predicha originalmente. 

No obstante, había algunas sorpresas en el camino. A pesar de la lección durando por una hora, solo tres pasos fueron repasados durante la clase entera. A medio camino, me pregunté cuándo Saucedo continuaría. Poco después, sin embargo, Saucedo empezó a parar la clase más frecuentemente para ofrecer correcciones y dar la realimentación que fortaleció estos pasos. Así, aunque solo un puñado fueron enseñados, había una oportunidada para persistentemente fortalecerlos, facilitando una fundación fuerte después de sólo una clase.   

Corrientemente, no hay estudiantes de una escuela secundaria que están inscritas en la clase para principiantes, y eso originalmente me hizo incómoda porque la mayoría de la clase consistió de jubilados. Inicialmente, este creó una duda interna que sería difícil hacer amigos o buscar la ayuda, especialmente para un baile tan íntimo. Sin embargo, porque la clase está estructurada para rotar cada pocos minutos, estudiantes son dados muchos azares para socializar, formando un ambiente cálido y acogedor. Además, muchos no vacilan para ofrecer el consejo, y esto es muy útil para estudiantes principiantes.

Acostumbrado al protocolo del estudio, estudiantes practican movimientos específicos del tango en un círculo para comprender el sentido de viajar a través de la pista del baile.

En conjunto, experimentando con el tango argentino de Alma del Tango probó ser una experiencia increíble. A pesar de dudas preliminares sobre la dificultad y la intimidad, el maestro y los estudiantes lo explicaron muy fácilmente, mientras que siendo muy amistosos. Alma del Tango provee un lugar para que cualquiera se sienta como en casa, sin pensar para nada en el nivel o la experiencia anterior. 

 

English Version:

The tango studio that gives rhythm to us all

Tucked in a peaceful neighborhood outside of downtown San Anselmo, a passersby may find a building that differs from the typical homes and condominiums: a tango studio, known as Alma del Tango. Although its neighboring buildings are quiet, this one bursts with rhythmic energy and the sight of dance students at all levels exploring this art form. 

Though tango may seem intimidating to some beginning dancers, the enthusiastic, welcoming environment provides almost anyone with a strong tango foundation, and teaches them how to let go.

Alma del Tango was established in 1996 by married couple Debbie Goodwin and John Campbell. The studio strives to spread the art of Argentine Tango to Marin County, and give those who would otherwise be unfamiliar with the dance more knowledge. In 2000, the couple turned it into a 501(c)(3) nonprofit, and has been providing tango classes at a myriad of levels, weekly practices and monthly milongas to students of all ages. 

The majority of their students start out by taking level one classes, which are held on Wednesday nights from 7 to 8 p.m. These classes are held in monthly sessions, and are often taught by Goodwin and Campbell. However, during a few summer sessions, guest teachers from abroad visit to help out as well. During this past Aug., Eduardo Saucedo, a professional tango dancer from Argentina, taught beginning, advanced and technique classes for Alma del Tango students, and did not hesitate to share his passion for the art form during the class.

This genuine passion flowed from his enthusiasm into the experience of the dancers. Despite being a beginner, it became easier for me to let go of initial stiffness, and have more fun than originally predicted.  

Nevertheless, there were a few surprises along the way. Despite the lesson lasting for an hour, only three steps were covered during the entire class. Half way through, I started to wonder when Saucedo will move on. Soon after, however, Saucedo began to stop the class more frequently to offer corrections and give feedback, which strengthened these steps. Although only a handful were covered, there was an opportunity to improve them, facilitating a strong foundation after just one class. 

Currently, there are no high school students enrolled in the beginning class, which originally made me uncomfortable because most of the class consisted of retirees. Initially, this created internal doubt that it would be difficult to make friends or seek help, especially for a dance that is so intimate. However, since the class is structured to rotate partners every few minutes, students are given plenty of chances to socialize, which forms a warm and welcoming ambiance. Furthermore, many do not hesitate to offer advice, which is very useful for beginners.

Overall, experimenting with the Argentine Tango at Alma del Tango proved to be an incredible experience. Despite preliminary doubts about the difficulty and intimacy, the teacher and fellow students broke it down easily, all while being very friendly. Alma del Tango provides a place for anyone to feel at home, regardless of level or prior experience.