Se Puede decir que la maestra de español Melissa Zeiher fue destinada para hacer este trabajo. Aunque sus padres no fueron maestros, su abuelo fue un maestro de español en San Marcos High School en California del Sur.
“El me ayudo mucho a aprender y a estar interesada en el Español,” dijo Zeiher. “El me puso en el camino para seguir el Español en la universidad y más allá.”
Zeiher creció en Gualala, California, más de cien millas norte de Redwood en el condado de Mendocino. En todos sus años escolares, Zeiher nos cuenta que estuvo a fascinada con el idioma español y las culturas hispanohablantes. En la preparatoria, ella fue a una excursión con su clase a Costa Rica, y fue su primera experiencia de tener que depender de su habilidad de hablar español para comunicarse.
“Me encantaba viajar y esa experiencia me animó a seguir estudiando Español,” dijo Zeiher.
A partir de ese momento, Zeiher estuvo encantada en explorar países latinoamericanos. Durante su tiempo en Loyola Marymount University, de donde obtuvo sus títulos universitarios, ella viajó a Tijuana 35 veces para ayudar en orfanatos, construir casas para la comunidad y visitar oficinas de deportación y consolar a los inmigrantes.
Después de esas experiencias, Zeiher conoció a su mejor amiga en su trabajo en El Segundo High School en Los Ángeles y ambas se pusieron como meta, viajar a un país hispanohablante cada verano. Las dos han viajado a Puerto Rico, Argentina, Republica Dominicana, España, Chile, Ecuador, Uruguay, Perú, Colombia, Bolivia, Panamá, y Nicaragua.
Mientras estaba en el extranjero, Zeiher dirigió programas de estudio internacional en muchos de los países que he visitado. Ella fue a Argentina a traducir y conducir entrevistas para un documental sobre los impactos en el; bienestar cuando usan pesticidas en cosechas.
Después de dejar su trabajo en El Segundo y enseñar un curso en Pepperdine University, Zeiher regresó a Argentina y usó una beca Fulbright para enseñar inglés a estudiantes. Ella también entrevistó sobrevivientes de la dictadura militar de 1976 que no terminó hasta 1983, durante este tiempo un estimado de 30,000 Argentinos desaparecieron.
“Mi maestra de Español en la preparatoria y yo tuvimos una relación muy buena. Ella era una sobreviviente [de la dictadura], entonces estaba conectada a mucho de los sobrevivientes de los tiempos duros y pude aprender sus historias y cómo fue,” dijo Zeiher.
Aunque este año es el primero en el que Zeiher trabaja tiempo completo en Redwood, ella no es completamente nueva para la escuela. El año pasado , después de regresar de Argentina, trabajó de sustituta de largo plazo por Anna Alsina, que se fue con permiso de maternidad.
Un estudiante de último año, Oliver Leograndis, tuvo a Zeiher como sustituta el año pasado y ahora es su estudiante para AP Spanish Language & Culture. Dice que Zeiher estaba puesta en una posición difícil—entrando como una nueva maestra en medio del año—pero hizo un trabajo fantástico en tomar las riendas del trabajo continuar el ambiente académico en el salón de clase.
“Ella trajo una dinámica maravillosa; fue una transición sin interrupciones,” dijo Leograndis. “Ella trae mucho al salón y trae riqueza cultural para aprender Español.”
McKenna McGonigle, una estudiante de tercer año en la clase de Zeiher Honors Spanish 7-8, dice que ella piensa que ella es excelente en mantener a sus estudiantes interesados en la clase y en asegurarse que ellos entiendan sus lecciones.
“Aunque sea una clase avanzada, ella habla a un paso que no deja a los estudiantes confusos y perdidos de lo que está diciendo,” dice McGonigle. “Nadie se queda atrás.”
Zeiher también dice que entiende que es difícil aprender una nueva materia en clases donde se habla inglés y después cambiar y aprender en un nuevo idioma, y por eso encuentra modos divertidos para mantener a sus estudiantes atentos y para que aprendan.
“El último año, usamos unos días para aprender bailes Latinos. Fue muy divertido y me enseñó más de la cultura Latina,” dice Leograndis.
Zeiher también usa técnicas en multimedia como Kahoot, un juego que es como una prueba donde los estudiantes compiten los unos con los otros para contestar las preguntas en sus teléfonos más rápido, para provocar que sus estudiantes estén contentos y expuestos al la idioma, cultura y historia de Latinoamérica.
“Su clase es difícil, pero ella hace un buen trabajo en mantener su clase muy justa para todos los estudiantes de la clase, a pesar de sus niveles de fluidez, para hacer una clase divertida, interesante, y una clase divertida para asistir,” dijo Leograndis.