Durante las vacaciones de febrero, 24 estudiantes de Redwood viajaron a Panamá en un viaje organizado por Global Student Embassy (GSE) y Earth Train. Algunos de los estudiantes que han vuelto de Panamá, donde construyeron jardines sostenibles, se están esforzando para hacer un programa de compost en Redwood.
Después de volver a Marín, muchos de los estudiantes del viaje se sintieron inspirados a continuar el trabajo voluntario que hicieron en Panamá. Algunos miembros del grupo quieren llevar lo que aprendieron del viaje acerca de la agricultura sostenible a Redwood.
Como parte del trabajo voluntario en Panamá, un miembro de GSE enseñó a los estudiantes cómo hacer compost que se puede usar como un fertilizante en los jardines.
“Nosotros trajimos la iniciativa para instalar tres máquinas grandes [a Redwood] para hacer el proceso de compostaje más rápido”, dijo Dea Edington, un estudiante del último año, durante una entrevista traducida.
Durante el viaje, fueron a dos partes de Panamá: la ciudad de Las Margaritas y una comunidad pequeña en la reserva de Mamoní.
Primero fueron a Las Margaritas, una ciudad pequeña en el centro de Panamá con una población alrededor de cinco mil habitantes. Allí, los estudiantes hicieron planes para construir jardines y huertos en varios lugares alrededor de Las Margaritas, especialmente en las escuelas.
Luego, el grupo viajó a una comunidad pequeña y aislada en la selva de Mamoní.
“El gobierno antes daba comida a las escuelas, pero, hace un año, pararon de hacerlo, dejando la escuela sin comida”, dijo Edington.
En esta pequeña comunidad, la ayuda del gobierno era una fuente importante de comida para los estudiantes. Por eso, los jardines podrían ser un gran beneficio.
“Nuestra meta allí era iniciar la construcción de jardines para dar una fuente de comida a la escuela”, dijo Ty Kelly, un estudiante del último año, en una entrevista traducido.
En estos jardines sembraron una variedad de plantas incluyendo frijoles y tomates.
Durante la excursión, los estudiantes no trabajaron solos, ya que los vecinos de la zona les ayudaron en cada proyecto. Como la mayoría de los habitantes de las comunidades no sabían hablar inglés, muchos de los estudiantes practicaron español con ellos.
“Habían diferentes niveles de español en el grupo”, dijo Kelly. “[Pero] siempre había vecinos de la zona trabajando con nosotros así que siempre había oportunidades de hablar en español”.
El grupo no trabajó todo su tiempo allí. También disfrutaron de la naturaleza de Panamá.
“Una de las mejores partes del viaje era cuando caminábamos por cinco horas en la selva donde no había mucho impacto humano”, dijo Kelly.
A otros les gustaron más diferentes elementos del viaje, como la oportunidad de interactuar con los vecinos de la zona.
“Mi parte favorita del viaje era conocer a todos los niños locales, hablar con ellos y aprender un poco sobre sus vidas”, dijo Lauren Bell, un estudiante del segundo año, en una entrevista traducida.
Muchos de los estudiantes que fueron también dijeron que les gustaría volver a Panamá u otros países centroamericanos.
Los estudiantes en este viaje fueron parte del primer grupo de GSE para ir a Panamá. Por eso, a muchos les gustaría regresar para ver como los proyectos que empezaron han progresado.