Durante octubre no es raro ver símbolos de la muerte, como calaveras y esqueletos en las casas y los patios de nuestros barrios. Unas de estas decoraciones no son para la noche de brujas sino para una tradición que también es importante e histórica en el mundo hispanohablante: el Día de los muertos.
El festival tradicional del Día de los muertos, lo cual se celebra el día primero y segundo de noviembre, provee una oportunidad para reflexionar sobre la muerte y pagar respeto a los ancestros que han fallecido.
Cada año, miles de personas asisten a la celebración los días siete y ocho de noviembre al Centro comunitario de Albert J. Boro en San Rafael. El año pasado, tres miles de personas participaron en las actividades que incluyeron presentaciones, exposiciones de altares, talleres de arte, maquillaje de calaveras y un desfile, según Solange Echeverría, un coordinador del evento.
El evento en el Canal fue asistido por muchas estudiantes de Redwood, muchos de los cuales fueron para la clase de AP Español.
“Creo que el ambiente al evento fue muy acogedor porque la gente fue muy amable,” dijo Audrey Gaither, una estudiante en la clase de Español AP. “Las actividades fueron orientadas a la familia y la comida era deliciosa!”
Canal Welcome Center produce el festival del Día de los muertos en San Rafael con la ayuda de la Ciudad de San Rafael, el Centro comunitario y la biblioteca de Pickleweed, Catholic Charities CYO Kids’ Club, The Canal Youth and Family Council, artistas del barrio, voluntarios, residentes del Canal y la juventud.
Aunque se asocia el Día de los muertos con el fin de la vida, este día festivo representa la importancia de pensar en el significado de la vida.
“La fiesta tiene que ver con los ciclos de la vida,” dijo Echeverría. “Tiene que ver con respetar a los antecedentes y lo que han hecho por nosotros y contemplar el futuro y lo que tenemos que hacer.”
Muchos estudiantes de Redwood conmemorar el día de festiva.
“Celebramos el Día de los muertos para acordarnos de los miembros de nuestra familia que han muerto y para asegurar que nos acordemos de ellos,” dijo Bea Cazares, un estudiante de segundo año.
Las celebraciones difieren entre familias, pero comúnmente incluyen cenas especiales y la elaboración de un altar para acordarse de los amigos y los miembros de la familia que han muerto.
Los altares generalmente tienen la comida favorita, flores, y objetos de los muertos y son símbolos populares del Día de los muertos.
“Mi familia lo celebra con una foto cerca de la ventana y tenemos muchas ofertas pequeñas, como pan dulce, otros tipos de comida imperecederas y flores,” dijo Cazares. “El día es muy sagrado y religioso para nosotros así que encendemos velas porque rezamos a los muertos cuando las encendemos.”
Como Cazares, Ben Magaña, que es un estudiante de primer año, celebra el Día de los muertos con velas y una cena grande.
“Generalmente tenemos una gran cena en nuestra casa. Cocinamos mole, el cual generalmente se come durante el Día de los muertos,” Magaña dijo. “También tenemos chocolates especiales y pollo con salsa de pimienta.”
Según Cazares y Maria Garcia, una bailarina mexicana que vivía en México, en los Estados Unidos el Día de los muertos se celebra con más festejo y en México es un día muy religioso y sombrío.
“Todos en mi pueblo fuimos al cementerio para pagar nuestros respetos a los niños que han muerto y el día siguiente fuimos al cementerio otra vez para acordarnos de nuestros parientes adultos,” Garcia dijo.
Los mexicanos no son los únicos que reservan unos días especialmente para conmemorar a los antepasados.
“Hay muchas culturas que celebran el Día de los muertos pero lo llaman otra cosa,” Echeverría dijo. “A veces lo llaman algo similar como en Brasil, lo llaman igual. Los italianos y los japoneses tienen algo similar.”
Echeverría enfatizó que la importancia de celebrar a nuestros ancestros cruza las fronteras culturales. Por eso, ella anima a todas las personas en Marin a reconocer el valor de recordar a sus ancestros y sus trasfondos culturales.
“Para mí es una maravilla ver toda la comunidad de Marin divertirse en la celebración de esta cultura,” dijo Echeverría. “Cuando más gente de la comunidad asiste al festival, muchos jóvenes aprenden que sus culturas tienen un festivo similar.”
En nuestro mundo de tanto progreso, poca gente toma el tiempo para separar de sus iPhones y dejar de preocuparse de la vida cotidiana, según Echeverría.
“En esta época que estamos tan involucrados en la tecnología, la cual es tan instantáneo que a veces no tomamos el tiempo para reflexionar y este tiempo es para reflexionar,” dijo Echeverría.
Para pasar tradiciones como el Día de los muertos a la próxima generación, ella dijo que es importante que los jóvenes participen en las celebraciones. Este año, muchos niños asistieron al festival.
“Lo que más necesitamos es su presencia. Es sumamente importante que todo el mundo pueda ver que hay jóvenes que sí que están interesados en involucrarse en las cosas de la comunidad y en las cosas culturales,” Echeverría dijo.
Mucha gente piensa que el Día de los muertos no debe ser un día triste porque es una celebración de la vida.
“No conocía bien a mis abuelos así que mis padres me cuentan historias sobre ellos y es entretenido,” dijo Magaña. “Lo pasamos bien porque no nos gusta ver el día como un día de los muertos sino como un día de la vida porque recordamos las vidas que ellos vivieron y las celebramos. Queremos divertirnos y acordarnos de los que han muerto con una sonrisa porque ellos querrían que nosotros nos divirtamos.”