Con la voz temblorosa y con el corazón latiendo, Alex Dubin se presentó a su cliente en la sala de espera del Departamento de Inmigración de Caridades Católicas (Catholic Charities) antes de llevarla a uno de los cuartos de entrevistas decorados en el cual él llevó a cabo su primera reunión en español. Él se sentó en un lado de la mesa y ella se sentó en el otro. Ella le habló por una hora y media sobre la historia de su vida, él escuchaba y le hacía preguntas, con su voz más calmada y su corazón más lento.
Dubin se graduó de la secundaria de Redwood en el año 2015 y este verano aplicó su amor del español siendo voluntario en departamentos de servicios de inmigración de dos organizaciones sin fines de lucro.
Desde mayo a agosto, Dubin trabajó en Canal Alliance en San Rafael, una organización que provee servicios para inmigrantes hispanohablantes de bajos ingresos., y también en Caridades Católicas de San Francisco, que “ofrece ayuda para crecer y desarrollar,” según su página web.
En Caridades Católicas, Dubin tenía dos clientes, una joven peruana de 17 años y una mujer salvadoreña de 34 años, ambas sufrieron de la violencia y actualmente buscan asilo en los Estados Unidos. Dubin dijo que hablando a sus clientas era una manera increíble para mejorar sus habilidades con el español y también expandir su perspectiva del mundo.
“Hablando con ambas clientas realmente me hizo entender la vida de una manera diferente. Creo que la mayoría de las personas en el mundo están simplemente tratando de sobrevivir”, dijo Dubin .
En Caridades Católicas, Dubin habló con sus dos clientas en español por horas y horas, aprendiendo de sus vidas, enfocándose en las experiencias traumáticas y reuniendo información para redactar sus declaraciones para el asilo.
“La gente llega aquí por necesidad. Ellos están huyendo de la violencia, y de la pobreza extrema. Los gobiernos no pueden ayudar a muchas personas”, dijo Dubin, describiendo por qué algunas personas, como sus clientes, vienen a Los Estados Unidos después de sufrir de persecución. “Nadie quiere alejarse de sus hogares, pero muchos inmigrantes vienen aquí para salvarse a sí mismos”.
A pesar de haber recibido capacitación sobre todos los temas relacionados al asilo y una historia de casos de asilos en Caridades Católicas, Dubin dijo que trabajando con sus clientas era intenso, y un trabajo impactante.
“Es emocionalmente duro. Estas son historias absolutamente verdaderas y tan terribles”, Dubin dijo.
Él enfatiza las inmensas penurias y situaciones difíciles que sus clientas se enfrentan en sus países de origen, aún cuando apelaron a las autoridades.
“Muchas de estas personas han tratado de ir a la policía, han tratado de obtener ayuda, y ellos no pueden porque son amenazados a muerte si van a la policía o hablan con alguien”, dijo Dubin.
Dubin dijo que aunque escuchó relato de terror tras relato de terror durante sus juntas, la parte más gratificante de su trabajo fué saber que él estaba ayudando a sus clientas.
“Al final de esas dos horas me decía, ‘Oh Dios mio’. Pero luego caminaba afuera y yo me decía a mi mismo, ‘Oye, mira, estoy ayudando a esta persona’. Aunque soy un joven de 19 años de edad que no sabe lo que está haciendo, si ésta es la mejor ayuda que ellas pueden tener, entonces estoy haciendo algo y esto es un increíble [sentimiento]”, dijo Dubin. “Cada vez que me salía después de terminar una reunión con una clienta, parecía decir, ‘Eso era terrible,’ luego me daba cuenta de lo que estaba haciendo y por qué necesitan ayuda y esa fue la mejor parte”.
Dubin regresó a Canal Alliance este verano después de anteriormente haber trabajado allí en su último año de la escuela secundaria y el verano siguiente como asistente de profesor de clases de ESL (Inglés como Segunda Lengua) para adultos.
“Después de salir de las clases de ESL, es lo mejor que siempre siento. Hay algo acerca de que, como [estas personas quieren aprender] inglés y les estoy ayudando a hacerlo y están tan agradecidos por eso”, dijo Dubin.
En la organización, este verano, Dubin trabajó los martes y los jueves por seis horas, utilizando sus habilidades de español para traducir sus certificados de nacimiento y los documentos básicos, haciendo llamadas telefónicas a clientes en español, copiando documentos, completando U-Visas (visas para víctimas de crímenes) y agregando la información en la base de datos del cliente.
Dubin, quien actualmente es un estudiante de la Universidad de Tulane está planeando sacar dos carreras en estudios latinoamericanos y españoles, comenzó a aprender la lengua en el séptimo grado.
Sus intereses en la inmigración comenzaron a desarrollarse en el octavo grado debido a las historias que había oído de sus amigos inmigrantes. Él continuó tomando clases de español en la escuela secundaria, incluyendo AP de Lengua y Cultura Española y AP Literatura Española y Cultura.
“Siempre tenía mucha pasión, mucho interés para el español. Siempre, siempre, siempre, me hablaba en español”, dijo Debbie McCrea, quien enseñaba las dos clases AP de español cuando Dubin era un estudiante. Debbie McCrea es la que dirige el Departamento de idiomas. “Le interesa también conocer a hispanos”. McCrea describió a Dubin como un líder y un chico modelo para el departamento.
“Tenía amigos hispanos en la escuela y trataba de entenderlos. Ayudó a varios chicos en Redwood que llegaron de otras países. En clase, [él estaba] muy entusiasmado. En la clase de literatura, la mayoría eran hispanohablantes y él [estaba] muy contento y muy interesado en la clase”, dijo McCrea .
Debido a su afán de hablar español, Dubin complementó sus estudios académicos aprovechando cada oportunidad para conversar con personas en español y sumergirse en la lengua.
“Necesitas hablar en español afuera del aula si quieres hacer algún progreso, y por tanto siempre hablaba con mis amigos latinos y cualquiera que podía hablar español”, dijo Dubin.
Además, Dubin pasó tres semanas en Costa Rica antes de su segundo año de la escuela secundaria y un mes ahí antes de su último año de la secundaria. Viajando en el extranjero benefició sus habilidades de la lengua, aunque él cree que él habría perdido los avances que hizo durante esos viajes si no hubiera continuado hablando en español cuando regresaba a casa.
“Nada me hace más feliz que hablar español, para ser honesto. [Hablando español con otras personas] es realmente cómo mi español llegó a donde está hoy”, dijo Dubin.