“The Pulsera Project” (“El Proyecto Pulsera”) es una organización sin fines de lucro que conecta a artistas centroamericanos con estudiantes de todo el mundo. El proyecto emplea a más de doscientos artistas centroamericanos con trabajos estables fabricando pulseras que les permiten elegir su propio horario y trabajar desde casa para ayudar aún más a sus familias. Las pulseras son hechas por los artistas y luego se venden en escuelas de todo Estados Unidos, enriqueciendo sus campus y difundiendo las culturas centroamericanas. Las pulseras se venden por siete dólares y los bolsos hechos a mano por quince. Las ganancias se invierten en comunidades centroamericanas a través de proyectos de “alto impacto”.
“The Pulsera Project” fue traído a Redwood en 2016 por Todd Van Peursem, profesor de Educación Física y ex profesor de español. El amor de Van Peursem por Centroamérica proviene de la década que pasó allí en el extranjero. No sólo vio nuevas culturas, sino que las abrazó como su propia cultura.
“[Las pulseras son] materiales de aprendizaje coloridos, animados y dinámicos que sacarán a la luz algunas de las injusticias sociales en Centroamérica,” Van Peursem dijo.
Antes de este año, Van Peursem representó y dirigió “The Pulsera Project” en Redwood principalmente por su cuenta. El proyecto, en su éxito, continuó en Redwood anualmente, pero debido a COVID-19, se detuvo en 2020.
“The Pulsera Project” se revitalizó después de que Van Peursem llevó a varios estudiantes a Ecuador en febrero a principios de año con el Instituto de Campo de Regeneración. En Ecuador, los estudiantes se sintieron sumergidos en la cultura y querían traer una parte a Redwood. Sus pasiones llevaron a unos de los estudiantes a iniciar el “Eco Connections Club” con Van Peursem como asesor. Decidieron retomar el “Proyecto Pulsara” como su primera iniciativa.
El proyecto comenzó el lunes 27 de noviembre y se extendió por dos semanas, finalizando el viernes 8 de diciembre. Este año, por primera vez, se realizó una venta fuera de la escuela, lo que le dio al proyecto alcance fuera de la comunidad de Redwood. Tuvo lugar el 3 de diciembre en Tiburon, Woodlands, un mercado local.
Taylor Bridges, una estudiante en el grado 11, es la copresidente del club de Eco Connections. El club está dedicado a formar una comunidad en Redwood con personas que comparten los mismos valores y quieren formar conexiones con otras partes del mundo.
“El Proyecto Pulsera ayuda a desarrollar nuestros valores en torno a la comunidad y una especie de idea de una familia elegida porque todos elegimos estar aquí haciendo esto,” dijo Bridges.
Anna Krumwiede, otra estudiante en el grado 11, es un miembro de la junta directiva del club. Ella cree que el proyecto ayudará a los estudiantes de Redwood a “salir de su burbuja” y sentir empatía con personas de diferentes orígenes.
“Este proyecto nos muestra cómo otras personas viven su vida de manera tan diferente a la nuestra. Es revelador conocer otras perspectivas de todo el mundo,” Krumwiede afirmó.
El club está incrementando este tipo de impacto bajo el liderazgo del Van Peursen.Cómo asesor del club, Van Peursen está orgulloso de su progreso.
“[Los miembros son] un grupo de niños que quieren hacer cosas increíbles para cambiar el mundo,” Van Peursem dijo.”Están empezando a asumir roles de liderazgo y lo que solía ser impulsado por los adultos ahora lo son por los estudiantes,” Siente que ahora ha entregado las riendas del “Pulsera Project” a los estudiantes de Redwood en el club de Eco Connections.
El club ha tenido éxito logrando sus metas. Según Van Puersen, el Eco Connections cub ha vendido casi la mitad de las pulseras dispuestas. Además, el club ha ganado tres mil dólares en ventas ayudando a muchas comunidades.