Entre la semana del 7 al 14 de noviembre cientos de estudiantes llenaron los pasillos de Redwood con pulseras de colores hechas a mano que fueron vendidas por el club nuevo de Redwood llamado Color the World. Se vendían las pulseras s con el “Pulsera Project,” una iniciativa de la organización Color the World que inspira apoyar a artistas en Guatemala y Nicaragua y sus comunidades.
El grupo de estudiantes vendió más de 500 pulseras y algunas bolsitas, recaudando más de $3000. Las ventas ocurrieron durante el almuerzo en el Mosaic Stage y antes de la escuela en el estacionamiento delantero entre los días 14 y 15 de noviembre. Según una estudiante de último año Sydney Abrams, un miembro del club, los estudiantes comenzaban a preguntar sobre las pulseras en cuanto el club las recibió, entonces empezaron a vender las pulseras una semana antes de lo planeado.
“Vendimos tantas [pulseras] en las primeras 24 horas que no tuvimos suficientes para hacer una venta completa durante la semana de la venta oficial. La venta solo duro el lunes y martes por la mañana”, dijo Abrams.
Cada pulsera que se vende tiene una foto del artista que lo hizo, y las escuelas que participan en el proyecto reciben materiales educativos que están disponibles para profesores.
La inspiración para participar en el “Pulsera Project” vino del profesor Todd Van Peursem, quien ha presentado un video corto sobre el proyecto en sus clases en años pasados. Este año un grupo de estudiantes decidió finalmente involucrarse con la organización.
El dinero recaudado con el “Pulsera Project” se utiliza para pagar los salarios de los artistas y para financiar otros proyectos de la comunidad como el desarrollo de las viviendas, el cuidado de salud, y becas para los artistas para asistir a la escuela.
“Eso permite vislumbrar una esperanza para la movilidad social”, dijo Van Peursem. “Puedes trabajar las horas que quieres, con un horario flexible, haciendo algo con lo que estás familiarizado, que te encanta, y puedes compartirlo con el mundo.”
Según Colin Crane, cofundador del “Pulsera Project,” se compran las pulseras de los artistas al doble del valor comercial.
“Los artistas que trabajan están ganando un verdadero ‘salario’, y no sólo uno de día a día, que es una realidad lamentable para muchos artesanos de los países en vías de desarrollo”, Crane escribió en una entrevista por correo electrónico.
Van Peursem dijo que lo que le atrajo a la organización fue que es impulsado por la juventud, es intercultural y es inspirador para los estudiantes.
“No estás robando, usted no estás estáfando a nadie — usted está compartiendo un arte vistoso y el dinero ha creado ahora una economía sostenible y la capacidad de crecimiento”, dijo Van Peursem.
Además, él espera que los estudiantes aprecien el modelo de negocio sobre el cual se basa la organización.
“Se trata de amor, se trata de respeto, [y] se trata de dar”, dijo Van Peursem. “Es cómo, en 2016 y en el futuro, vamos a empezar a desarrollar los países en desarrollo. Quiero que los estudiantes miren este modelo y digan, ‘Wow, esto es algo que nosotros podríamos hacer en cualquier lugar.’”
Ambos Van Peursem y Abrams dijeron que recibieron muchos comentarios positivos de la comunidad de Redwood.
“Esperábamos que [el proyecto de Pulsera] iba a ser muy exitoso, pero no pensábamos que venderíamos todo. Al final pensamos que tendríamos que decir, ‘ vengan todos, a comprar nuestras cosas ‘, pero fue tan rápido; no nos dimos cuenta del gran impacto que tiene Redwood”, dijo Abrams.
Según Van Peursem, el club espera establecer el proyecto de Pulsera un evento anual y posiblemente pasar la iniciativa a otras escuelas del distrito. Al final de la primavera, el club posiblemente pondría hacer llamadas de Skype con algunos de los artistas y también explorar la idea de acoger a artistas en Marin como un intercambio cultural en el futuro.